Bodegas

Sediles se encuentra dominando un profundo barranco, y es precisamente este promontorio, en su cara de umbría, el que ha servido desde la antigüedad como base para la excavación de cuevas, bodegas y lagares dedicados en su mayoría a la elaboración y conservación del vino.

Los largos meses de invierno, en los que las inclemencias metereológicas y las escasas faenas del campo hacían que las personas de Sediles permanecieran menos ocupados, eran los elegidos para realizar las labores de excavación y construcción de estas oquedades.

Una vez terminadas estas labores constructivas eran destinadas a la elaboración del vino, pero no todo lo relacionado con estos lugares rezumaba sabor a trabajo, si no que una vez terminada la campaña eran verdaderos centros de reunión de jóvenes y no tan jóvenes donde las meriendas y las juergas estaban a la orden del día. Pero con los cambios de los tiempos, del consumo y del ocio fueron quedando postergadas y en amplio desuso. Así hoy en día han quedado como testigo mudo de otra época no tan lejana, lo que hace que todavía nos podamos dar cuenta de la importancia y relevancia que en su día tuvieron.

En la actualidad estas bodegas permanecen abiertas o sin puertas lo que hace que se puedan visitar en su interior, al cual se accede por las mismas estrechas sendas del pasado.